¿A dónde vamos?
2025

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Omar GUERRERO
Editos

 

Hace más de veinte y cinco años, Charles Melman publicaba una esquela que probablemente pasó desapercibida. La retomó tres años después en El hombre sin gravedad. En pocas líneas evocaba la noción de progreso y anotaba nuestra alegría frente a los avances tecnológicos, incluso sociales, cada vez más rápidos. Este vertiginoso goce se ahorraba -era la advertencia de su texto- una pregunta sin embargo central: marchamos cada vez más rápidamente, pero… ¿a dónde vamos? Nuestro tren es el ¡Progress Express!

 

En su manera de interrogarnos podemos reconocer la puesta en acto del discurso psicoanalítico. En vez de acentuar el adverbio “rápidamente” (acuérdense, Lacan nos invitaba a desconfiar del adverbio puesto que, decía él, el adverbio miente[1]), Melman interroga la dirección, en otras palabras, interroga al sujeto que maniobra.

 

¿Estamos hoy en día en capacidad de decir a dónde vamos? Ebrios de la inmediatez de nuestros mensajes, de la información y de nuestras pantallas, ¿alcanzamos a recordar lo esencial? ¿Cómo conducir? Esta pregunta está en el corazón de nuestro trabajo, ya que invitamos a nuestros pacientes a considerar la categoría del real y a extraer las consecuencias de un acto cuando, muy a pesar de todo, este acto sería “fallido” –Lacan nos lo recuerda en el seminario que estudiamos este año.

 

Como en las curas, tenemos que interrogarnos sobre la dirección que toman las mutaciones sociales o sencillamente sobre la trayectoria de nuestro grupo. Podemos aprovechar el viaje, pero nuestra transferencia de trabajo es también motor, y podemos emprender nuestras lecturas y nuestras búsquedas, tomando en cuenta nuestros diferentes contextos geográficos o lingüísticos, como siempre.

 

Tendremos que medir un eventual progreso de nuestra disciplina, no por el número de participantes o por los poderosos medios técnicos en juego, sino por las lecciones que podremos extraer -incluso en 2025, incluso para los problemas actuales- de la obra no agotada de Freud y de Lacan esclarecida, en lo que nos concierna, de la enseñanza de Melman. Es este tren al que no queremos fallar.

 

Omar Guerrero

Vicepresidente

 

 

Traducción al español: Iris Sánchez       

 

 

 

[1] N.d.T.: En francés, la terminación de los adverbios, ejemplo “rapidement”, se escribe como la conjugación de la tercera persona del verbo “mentir”: “il ment”, o sea “él miente”.