La fiesta de pares
2024

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GUERRERO Omar
Editos

La fiesta de pares[1]

 

La clínica con niños nos muestra, a pesar de los cambios de la época, una persistencia de la neurosis familiar –el mismo teatro se juega, además, en los niños acompañados de una pareja de madres… o de papás. Y los pacientes adultos, como llegó a decir Charles Melman, no dan testimonio de otra cosa: la incomodidad o la frustración, incluso la violencia, causadas por una disimetría sin embargo estructural.

 

Las familias que consultan a los psis están en el mismo aprieto, al igual que los equipos de profesionales que hablan de ello en supervisión. Así también como nuestros ministros que hablan al respecto si llega el caso. He ahí la misma dificultad en hacer existir un lugar de autoridad que funcione: no habrá sino abuso o amiguismo. Como lo primero está -afortunada y necesariamente- prohibido, lo segundo, más comercial, se generaliza.

 

¡Es la fiesta de pares! Liberados del padre gozador mítico, estaremos en fraternidad, todos iguales. Orwell, no obstante, señalaba en 1945 que había quienes eran más iguales que otros

 

En otras palabras, detrás de esa pirueta retórica, él mostraba la ilusión de una lógica horizontal acéfala.

 

Pero, es más bien un bastante falo[2], como dijo Lacan un día, lo que habría que temer. No vectorizado, sin inscripción simbólica y por lo tanto sin legitimidad, aquel que tendrá el timón, que se habrá amparado de él por medio de la violencia – con el riesgo de volver a formas arcaicas del amo, confundiendo la función con la persona.

 

¿Estarán nostálgicos los psicoanalistas, como a veces se les reprocha? ¿Reaccionarios declamando un desesperado “antes era mejor”? Nada de eso. Más allá de la constatación clínica que ellos tienen cotidianamente, no pueden permitirse la ingenuidad o la suficiencia de creerse definitivamente vacunados: ellos saben que nadan en el mismo social, alimentado por un discurso torcido -el capitalista- que los acecha y los seduce (tomen por ejemplo la plus-valía, que se asienta en nuestras mesas y en nuestras pantallas, para contar). ¿con qué efectos en la transferencia? ¿Un desamor?

 

El espacio de la sesión, y tal vez el de la enseñanza, sigue siendo un lugar único en el que el sujeto es invitado a devenir adulto, por lo tanto, consecuente. Pero eso es sólo posible, ustedes lo habrán comprendido, en una disimetría de estructura, que ya no es necesariamente aquella, deshecha, de un patriarcado hoy en día abucheado.

 

Omar Guerrero

Por el Buró de la A.L.I.

 

 

Traducción al español: Iris Sánchez

 

 


[1] N.d.T.: Anotamos la homofonía que existe en francés, entre pères  (padres) y pairs (pares).

[2] N.d.T.: En francés hay una homofonía entre acéphale (acéfalo) y assez phalle (bastante falo) con la que juega el autor y que, en la traducción al español, se pierde.

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