¿Un único psicoanálisis?
11 novembre 2024

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Thierry ROTH
Editos

 

Desde sus inicios, el psicoanálisis se ha dividido en diferentes corrientes. Cuando él vivía, Freud zanjaba diciendo quién era verdaderamente psicoanalista y quién había abandonado el campo (salida de Jung, Adler y algunos otros). La IPA trató luego de jugar este rol, pero la exclusión de Lacan hizo explotar el medio analítico. Las numerosas asociaciones lacanianas, no miembros de la IPA, hoy en día son reconocidas como efectivamente formadoras de los psicoanalistas. Pero para algunos convendría más bien decir los psicoanálisis en vez de el psicoanálisis.

 

Sin embargo, más allá de los desacuerdos y de las inventivas, existe un único psicoanálisis. En efecto, es fácil reconocer a un analista -aquel que practica el psicoanálisis- a partir del respeto de tres grandes criterios.

 

. El primero depende del método: la libre asociación (decir todo lo que se le ocurra) del paciente y la escucha flotante e interpretativa del psicoanalista.

 . El segundo tiene que ver con el marco: aquel que mejor favorece la asociación libre, a saber, el dispositivo del diván – sillón que coloca a los dos protagonistas en dos espacios diferentes. La mirada cede entonces el lugar únicamente a la palabra.

. El tercer criterio reside en el respeto a algunos basamentos teóricos freudianos, que ningún analista ha puesto en tela de juicio: el reconocimiento de un inconsciente que dicta al sujeto a pesar de sí mismo, la toma en cuenta de la sexualidad infantil, la concepción de la transferencia como motor de la cura.

 

Ciertamente las teorizaciones y las modalidades de invención van luego a variar según los que practican, pero esos tres grandes criterios son al mismo tiempo necesarios y suficientes para calificar a un clínico de psicoanalista.

 

¿Habrá que lamentar que esta unidad de nuestra disciplina esconda mal importantes divisiones en su seno? Indudablemente estas divisiones dependen de la singularidad, incluso de la susceptibilidad de cada analista, pero también depende del veredicto tardío de Lacan: ¡“el psicoanálisis es intransmisible”! Los analistas tienen también sus referencias teóricas privilegiadas, sus propias experiencias de la cura en tanto analizantes, sus transferencias de trabajo, sus estructuras clínicas, sus estilos, etc.

 

No obstante, estos diversos psicoanalistas, quienes sin embargo practican el psicoanálisis, son suficientemente numerosos para que aquellos que quieran todavía intentar la aventura del diván, con el fin de deshacerse de algunas trabas, puedan encontrar aquél o aquella, con quien oír algo de su propia enunciación… ¿no sería una buena noticia?

 

P.D.: estas breves observaciones, sin duda, tendrán diferentes repercusiones en el transcurso de nuestro próximo Seminario de invierno, consagrado a la formación de los psicoanalistas.

 

 

Thierry Roth

Vicepresidente de la A.L.I

 

 

Traducción al español: Iris Sánchez