« Es imposible representar en el mismo plano el significante, el significado
y el sujeto. »
Seminario 5 – Clase del 6 de noviembre de 1957
« La paranoia es un pegoteo imaginario. Es la voz que se sonoriza, la mirada que
se vuelve prevalente, es un asunto de, congelación del deseo. »
Seminario 22 – Clase del 8 de abril de 1975
Marie Charlotte Cadeau, nos recordaba que en este seminario Melman tomaba
dos capítulos en que ponía a la Histeria, en lo que podríamos
decir un diagnóstico diferencial con respecto a la psicosis, en un caso
una vertiente esquizofrénica y en este capítulo un despliegue
pseudoparanoide.
En general estos Nuevos Estudios sobre la Histeria, nos han obligado
a revisar un camino que los lacanianos podríamos con buenos argumentos
haber dado por superados. En el caso particular de los que nos iniciamos en
Chile Con Michel Thibault, habíamos encontrado en el concepto de forclusión
del nombre del padre, las aguas que separaban a la histeria de toda confusión
posible con la psicosis; sólo precisábamos un número de
sesiones tal vez no pocas, y mucha paciencia para descubrir esa forclusión
o deducir que no existía. La aparición del mecanismo de la represión,
intrínseca de la Histeria, era ya la señal de que era una histeria
y por lo tanto una neurosis.
Pues bien este seminario, si alguien estaba ya tranquilo con que habíamos
superado la ambigüedad en el diagnóstico de las corrientes que se
basaban en el juicio de realidad, viene a revolver nuestros esquemas,
y nos obliga a reconstruir nuestra casa después de la tormenta. Además
nos muestra que las interrogaciones diagnósticas que nos habíamos
formulado eran insuficientes, y que no habíamos trabajado las contradicciones
clínicas que habríamos de continuar recorriendo.
Al menos nos debemos consolar con haber pasado a una segunda revolución
diagnóstica, cuando la psicología del yo y la del self,
no han hecho ninguna, sino más bien una involución que los aleja
de la paradojas del inconsciente, porque es de él mismo que huyen.
Lo primero que nos removió los cimientos, fue reconocer que en la histeria
puede no haber represión, y que el objeto a lo toma
prestado de su pareja. Debimos haber notado, que si la mujer es « no toda »
si es no toda castrada, las cosas no podían seguir igual. A decir verdad
Michel Thibault, no nos acompañó tan lejos, y los que escucharon
algo más tuvieron que buscar fuera de Chile.
No deja de mostrarnos una vez más, cuan colonizados somos aún,
según parece nadie pudo cuestionar localmente en Chile con un argumento
rigurosamente formulado, lo que ahora estamos aprehendiendo. La colonización,
parafraseando a Lacan en su concepción de lo necesario, no deja de
escribirse, actuamos con ella como si nos fuera necesaria. Este crítica
es a nosotros mismos.
En esta oportunidad tenemos que referirnos a términos y conceptos validados
por Lacan, pero será de un modo muy sucinto, para poder dar lugar a la
palabra de Melman.
El nombre del padre es lo que no habría en la psicosis. En
el seminario Número 5, sobre Las formaciones del inconsciente,
Lacan decía :
(…) ese algo que autoriza el texto de la ley es algo que se basta por
estar él mismo a nivel del significante, es decir el nombre del padre,
lo que yo llamo el nombre del padre (…)
(…) que el padre en tanto que promulga la ley, es el padre muerto, es
decir el símbolo del padre; el padre muerto es el nombre del padre
Clase del 8 de enero de 1958
El nombre del padre es lo que promulga la ley, lo que le da validez,
es decir puede haber ley que no ha sido promulgada, que no está autorizada,
validada. En la psicosis la ley no habría sido promulgada. No es lo mismo
que decir que no hay texto de la ley, ese texto no tiene validez por no haber
sido promulgado como ley.
Recordemos que el término forclusión alude en francés
y tomo para esto al traductor del seminario 3 (de Juan-Luis Delmont-Mauri y
Diana Rabinovich), alude 1) en derecho : al vencimiento de una facultad o derecho
no ejercido en los plazos prescritos; y 2) Figurativamente : exclusión
forzada, imposibilidad de entrar, de participar.
La forclusión del nombre del padre, quiere decir que pasó ya,
que ya no habrá promulgación de la ley, lo que no quiere decir
por ejemplo, que el sicótico no la conozca, que no conozca la prohibición
del incesto, sino que en el esa ley no se ha validado, que no está castrado
simbólicamente. Podría entonces castrase realmente retornando
esa ley rechazada en lo real. Es entonces el status de la Ley el que difiere
en las psicosis.
Lacan propone tratar los registros como cintas de Mœbius anudadas : El
nudo borromeo compuesto tres por tres cintas de Mœbius, para lo real, lo
simbólico y lo imaginario. Modifica su propuesta con un cuarto registro
que es el nombre del padre (Seminario R, S, I), que ese anudaría
a los otros.
Así visto el nombre del padre, es lo que sujeta a los otros
tres de desarmarse.
¿Cómo ver esto a nivel del discurso, y cómo a nivel de
la imagen del cuerpo?. Pensando en estas cuerdas de Lacan, he propuesto la imagen
de esos muñecos de madera según eran en mi infancia, que está
constituido de partes, generalmente era algún animalito como un burro,
por ejemplo. Esas partes están unidas por un hilo que sujetaba el cuerpo
íntegro; si se presiona la base el animalito se cae, porque el hilo pierde
su tensión. En la psicosis el hilo se rompe, es decir se desintegra la
imagen del cuerpo. (Propongo que la debilidad asociada al nombre del padre en
la fobia, se represente por esa presión pero que allí la integración
del cuerpo es reversible, y la angustia es la fobia que es una transposición
de la angustia de desintegración).
En el discurso el nombre del padre sería lo que permite justamente
la hilvanación del habla. En la fobia uno puede muy bien quedarse sin
habla pero no catatónico. Es la hilvanación la que hace la diferencia
de los discursos. Es también por consecuencia de la existencia de las
particularidades del discurso, los neologismos que se develan en la concatenación
de la cadena significante.
Antes de continuar abordando el nombre del padre por el camino topológico,
recordaré el grafo más elemental del deseo, que me parece un modo
de retomar esto de la falta de localización en el Otro de la paranoia
y también en la pseudoparanoia histérica :
Seminario 5, 6.11.57
Cadena significante
Puntos de capitón
Discurso hablado
En el primer esquema se indica el deslizamiento del significante y el significado,
tal como lo rescata de Lacan de Saussure. Es representado como un colchón
: Lacan propone el punto de capitón como una manera de relativamente
fijar las plumas dentro del colchón, para que no pasen sino con dificultad
de un lado a otro. El punto de capitón en el lenguaje, sería lo
que evita el deslizamiento eterno entre significante y significado, permitiendo
una fijeza con cierta flexibilidad pero no infinita.
El discurso fluye y es el Otro el que da la puntuación, y por ello
el sentido. El sentido fluctúa con cada significante que se agrega, hasta
el momento en que hay un punto. Así el Otro determina tanto al Sujeto
como al sentido, y el Sujeto no termina de « localizarse », mientras
el Otro no hace el corte. Esta es una referencia posible de Melman en :
« Así el Sujeto no tiene lugar fijo en el Otro« .
Falta un pacto con el otro.
Así mismo se puede entender la conexión con La « Urverdrängung »
(represión originaria). Porque ella nos permite considerar aquellas interrupciones
del discurso inconsciente, que dan la significación. Pensemos en el olvido
del nombre Signorelli, en aquel ejemplo paradigmático con que Freud nos
legó en la Psicopatología de la vida cotidiana. El Otro
es allí el inconsciente de Freud. Freud concluye que es el tema de sexualidad
y muerte, aquello reprimido. Nótese que esto es algo generalizable :
todo síntoma, todo olvido, toda formación del inconsciente tiene
por causa la sexualidad y la muerte. Con respecto de La represión originaria
dice Freud :
Es indispensable tener también en cuenta la atracción que lo
primitivamente reprimido ejerce sobre todo aquello, con lo que le es dado entrar
en contacto. La tendencia a la represión no alcanzaría jamás
sus propósitos si estas dos fuerzas no actuasen de consuno y no existiera
algo primitivamente reprimido (Freud, « La represión » 1915)
Es esa represión originaria lo que permite el punto de capitón,
por el que el discurso es puntuable. Y que tenga la aptitud de adquirir sentido
y una cierta fijación del significado. Lo contrario sería un discurso
maníaco, pero también sicótico en general.
No hay pacto entre S1 y S2, no hay acuerdo con el Otro que pueda fijar el
sentido a lo dicho. Cualquier acuerdo es sólo de apariencia, son esos
acuerdos que en el momento posterior se ven como sucesivamente cambiados, como
si no se hubiera pactado. Lo dicho adquiere siempre un nuevo significado, no
hay fijación temporal entre significante y significado, y esto continúa
hasta el infinito si no hay castración que haga un corte, es decir que
ponga el punto gramatical, la ley, que es punto de capitón.
Lo que hace que este capítulo se presente dentro de los Nuevos
Estudios sobre la histeria, es que en la histeria puede haber algo de este
orden : por ejemplo cuando ella encarna el falo, que es una forma de retorno
en lo real y es entonces no-toda castrada. En ese caso en el lazo social Ella
podría ser la (o él) aniquiladora que no permite nada que no la
haga la única, y, parafraseando a Marie Charlotte Cadeau, no dará
lugar a que ningún sujeto surja.
Si esto atañe a lo simbólico y a lo imaginario, veamos que hay
algo análogo desde el punto de vista real del nombre del padre
: el viene a amarrar tres registros heterogéneos. No es casual que esta
cita de la pulsión venga tan bien. Recordemos que el seminario 11 debió
ser el de los nombres del padre, la excomunión no se lo permitió
y cambió entonces al de los 4 conceptos fundamentales, se dice entre
algunos psicoanalistas que estos vienen a ser nombres del padre.
El nombre del padre, permite hacer un nudo porque hay cosas que son
heterogéneas, que es preciso amarrar para que estén juntas. Heterogéneos
como son el cuerpo real y el lenguaje hablado, como lo es el inconsciente y
el cuerpo. Es conocida la metáfora de Lacan acerca de la pulsión
:
El montaje de la pulsión es un montaje que, en primer lugar, se presenta
como si no tuviera ni pies ni cabeza -en el sentido en que se habla de montaje
de un collage surrealista. Si aproximamos las paradojas que acabamos de definir
al nivel del Drang, al nivel del objeto, al del fin de la pulsión, creo
que la imagen que nos aparece mostrará el funcionamiento de una dínamo
empalmada en la toma de gas, saliendo de ella una pluma de pavo real que cosquillea
el vientre de una hermosa mujer que permanece allí por la belleza del
aparato.
Lacan seminario 11
6 de mayo de 1964
En la paranoia Marie Charlotte recordaba aquí, ante mi pregunta, que
aquella no necesitaba de un cuarto nudo, porque la singularidad de su topología,
sería la de un solo registro continúo, para R, S, I. Concluimos
de ello que no habría forclusoión del n. del p., pero
tampoco n. del p. Propiamente sino una forma sustituta. Y cual es su discurso
: el delirio, en que todo le coincide tan bien para su certeza, por esa coincidencia
de lo registros que no le da lugar a la duda neurótica. Así pensado,
este camino nos lleva a suponer que el delirio suple el nombre del padre neurótico
que en el paranoico hace que su locura impide volverse psicótico :
« Es la falta del Nombre-del-Padre en ese lugar la que, por
el agujero que abre en el significado, inicia la cascada de los retoques del
significante de donde procede el desastre creciente de lo imaginario, hasta
que se alcance el nivel en que significante y significado se estabilizan en
la metáfora delirante. » Lacan, « De una cuestión
preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis », Escritos 2,1955-1956
En otra viñeta de Lacan, nos muestra en el caso del Presidente Schreber
como puede en la psicosis manifestarse el desamarre de los registros :
« (…) (S. 217-XVI) :
1] Nun will ich mich (ahora me voy a…)
2] Sie sollen nämlich… (debe usted por su parte…);
3] Das will ich mir… (Voy a…),
para atenernos a estos -a los cuales debe replicar con su suplemento significativo,
para él nada dudoso, a saber :
1o a rendirme al hecho de que soy idiota;
2o por su parte, ser expuesto (palabra de la lengua fundamental) como negador
de Dios y dado a un libertinaje voluptuoso, para no hablar de lo demás;
3o. pensarlo bien.
Puede observarse que la frase se interrumpe en el punto donde termina
el grupo de las palabras que podríamos llamar términos-índices(…)
o sea precisamente los términos que, en el código, indican la
posición del sujeto a partir del mensaje mismo. »
Lacan, « De una cuestión preliminar para el tratamiento posible
de las psicosis ».
Esto permitiría aclarar las cosas; salvo si notamos que se trata de
un efecto de desamarre de los registros. Suponíamos que en la paranoia
hay una suplencia, en esa continuación de los registros R S I…
Para ello podemos proponer aquí, pues no lo he encontrado en Lacan en
relación a Schreber, no se ha producido aún, la metáfora
delirante, es un momento anterior a la estabilización significado-significante,
por ello el Sujeto aquí es la interrupción.
Lógica excluyente condición de la paranoia.
« Esta pareja se distribuye sobre el eje a-a’ del esquema L,
pero la falta de tercera referencia priva a los partenaires de un apoyo en la
verdad y los abandona a la arbitrariedad pura« . Melman, Nuevos Estudios
Sobre la Histeria, Nueva Visión, 19.., pág. 222
« Las lógicas bivalentes, llamadas justamente del tercero excluido,
además de obtener un asentimiento tácito porque parece excluir
la diferencia entre los sexos, se funda verosímilmente en el ideal de
dominación de un pensamiento que sería transparente para sí
mismo. » Idem, pág 223
« (…) una pista que nos llevaría a considerar al plano euclidiano,
soporte tanto de nuestra escritura como de nuestras cogitaciones y de nuestras
divisiones del espacio, como modelo sugerido por el ideal paranoico« .
Idem
La lógica de « términos excluidos » es La lógica,
cuando ella se creía La única. Hoy sabemos que es una más,
que no existe La Lógica sino, las lógicas, por eso propongo siguiendo
la nomenclatura de Lacan que sólo existe LA Lógica y que La Lógica
no existe, que es no-toda. La Lógica tuvo que reconocer que era una
más.
Es que era tan obvia que por más de 2300 años, nadie la desenmascaró
como un discurso de apariencia : Aristóteles enunció tres principios
:
El principio de Identidad afirma que toda cosa es igual a si misma. A es A.
De P siempre se infiere P.
El principio de no-contradicción : ninguna cosa puede ser y no ser.
A no puede ser B y al mismo tiempo no ser B. Dos proposiciones contradictorias
no pueden se las dos ser verdaderas.
El principio del tercero excluido : tradicionalmente se definió así
o A es B, o A no es B, hoy en día se lee o bien P es verdadera o bien
su negación (-P) es verdadera. Entre dos posiciones contradictorias no
hay una tercera posibilidad, la tercera está excluida.
Estos tres principios se llamaron los principios del Pensamiento, fueron incuestionables.
Ocurrió primero la caída de la geometría euclidiana,
pues Lobachevski (1793-1856) construyó una geometría en que el
50 postulado de Euclides resultaba falso, el que dice :
« Y que si una recta al incidir sobre dos rectas hace los ángulos
internos del mismo menores que dos rectos, las dos rectas prolongadas indefinidamente
se encontrarán en el lado en el que están los (ángulos)
menores que dos rectos. »
La Lógica, que se proponía cómo el pensamiento correcto
pasó a ser cuestionada, cuando algo cayó de la geometría
euclidiana.
Esa lógica retrasó a la física, fue también Aristóteles
que dijo que un cuerpo no se mueve sino actúa sobre él una fuerza
; si se mueve hay una fuerza, sino se mueve no hay una fuerza. Pues eso es falso,
el principio de inercia era una tercera posibilidad.
Lacan ha señalado también, que alguien no sea un hombre no quiere
decir que es una mujer, en particular considerando que la mujer es no-toda.
He aquí, además otra vertiente para abordar aquello de que « no
hay relación sexual », que no hay para cada uno, una cada una, que
sería su negación.
Un matemático de nombre Brower fue tal vez, el más entusiasta
opositor de la lógica del tercero excluido. Consideró que las
matemáticas debían prescindir completamente de la lógica
:
Se llamó a su escuela la lógica intuicionista : en su disertación
doctoral (Ámsterdam, 1907) Escribía :
« El mundo no es un sistema lógico, y por lo tanto no podemos discutir
acerca de él lógicamente (…) sabemos que las únicas disputas
posibles son aquellas que pueden entablarse mediante el razonamiento matemático.
La fundamentación de la matemática en la lógica, la teoría
de conjuntos y los números transfinitos muestran el peligro de caer en
un camino falso por hacer uso del razonamiento lógico. » Se dice
que para mostrar el error que denunciaba se dedicó a la topología
durante 5 años, y se lo ha considerado su creador.
Lo cito pues está lucha la hizo de un modo dramático. Se dice
que era egocéntrico, que se sentía a disgusto con todos los que
entraba en contacto con él, era hipersensible y sus colegas no podían
cooperar con él. Convertía los debates académicos en batallas,
los que no compartían sus ideas se transformaron en sus enemigos. Tuvo
el mérito de liberar a la matemática de la Lógica, lucho
toda su vida contra ella.
Es decir que Brower paradójicamente en lo real, de sus relaciones sociales,
en el plano imaginario, funcionaba según la lógica de exclusión
: o él o el otro. El otro era quien defendía, a sus ojos, la lógica
del tercero excluido. Lo que su enunciado decía estaba en contradicción
con su enunciación. Esa es la lógica excluyente de la paranoia,
en que no hay terceras posiciones. Esta paradoja, podemos verla desde el punto
de vista clínico y también como una demostración que confirma
la validez de sus hipótesis :
El principio del tercero excluido se muestra como verdadero y falso a la vez
: verdadero en el imaginario de Brower, según sus disputas, y falso según
la argumentación de Brower.
Para Brower su argumentación sería un acto, a modo de synthome,
por el que reparaba su estructura. Con la recusación
de la ley de la lógica bivalente a nivel del enunciado de sus argumentaciones
él estaba haciendo el reverso de lo que su estructura simbólica
de lógica excluyente : si el argumento de los otros fuera verdadero,
el de él sería falso, y la pasión de su disputa permite
suponer que eso le implicaba su existencia, y su lugar móvil en el Otro.
De hecho cayó en una gran depresión por la que cesó de
producir al ser expulsado del comité editorial de una importante revista.
La física moderna se ha encontrado con principios que no responden
a los axiomas aristotélicos del pensamiento. Por ejemplo el principio
de incertidumbre de Heisenberg, muestra que una partícula puede estar
y no estar en un lugar determinado; otro ejemplo es que algunas partículas
no son idénticas a si mismas con un giro (spin), pero sí con un
segundo spin, esas son las partículas de spin llamado 1/2, que
forman nada más y nada menos que la materia del universo. El catálogo
de los catálogos que no se contienen a si mismos tampoco cumplen con
el principio de identidad. En la cinta de Mœbius vemos que no es lo uno
o lo Otro, puede haber una continuidad
¿Cómo podemos valernos de la historia de la geometría
euclidiana y qué por el hecho de su cuestionamiento también la
lógica lo fuera, para intentar comprender la propuesta de Melman de un
plano euclidiano como modelo sugerido por el ideal paranoico?. Está pregunta
la propongo equivalente a : ¿porque la exclusión del tercero,
es congruente con un plano euclidiano?.
Sabemos de la paranoia y de la pseudoparanoia que el Otro está excluido,
el eje imaginario se encuentra autónomo, es relación del yo con
un semejante, del yo que se ha desdoblado de si mismo y se desconoce, del uno
y del otro en rivalidad por el mismo deseo, pues el deseo del uno es el deseo
del otro. El deseo del otro es transparente « yo se lo que tu quieres :
lo peor », que es respuesta a su pregunta ¿Qué me quiere él?.
La certeza es la transparencia que ofrece el espacio plano en el que todo se
domina y está en la superficie, a diferencia de la cinta de Mœbius
que oculta el reverso. Es por este camino que creo se puede tender un puente
entre la lógica paranoica y su topología.